El mercat de Sant Antoni

 

La magnífica remodelación del Mercat de Sant Antoni formó parte de un ambicioso Plan estratégico emprendido por el Ayuntamiento de Barcelona,  cuyo objetivo fué atender a la demanda de los ciudadanos  que reclaman una adaptación de los mercados a los cambios que vive la sociedad. Para ello, se propuso renovar los edificios, mejorar las prestaciones y adaptarlas a las nuevas necesidades del público.

De reconocido valor artístico, ya que se trata de un edificio modernista que forma parte del Patrimonio Histórico-Artístico de Barcelona, se encuentra ubicado en la calle Comte d'Urgell número 1 de Barcelona.

 

Obras de remodelación del Mercat de Sant Antoni

Las obras de rehabilitación se iniciaron en el año 2009, después de que se trasladara toda la actividad comercial a unas carpas provisionales. Y no es hasta el año 2018 cuando se da por finalizada la obra. El motivo por el se alargó tanto en el tiempo es que durante la realización de las obras, se encontraron unos restos arqueológicos correspondientes a la vía Augusta Romana y la necrópolis, y parte del baluarte de San Antonio.

La espectacular transformación del edificio, conservando su esencia y potenciando sus elementos artísticos ha merecido el aplauso del público y de las Instituciones. Entre ellas, ha obtenido el premio a la Mejor Infraestructura 2018 de la 3ª Edición de la “Noche de las Infraestructuras de Cataluña”.

Actualmente, el mercado está distribuido en cinco niveles, ya que se han construido 4 plantas debajo de la ubicación original. Cuenta con un parking, un supermercado, puestos de venta de producto fresco, puestos de productos varios y, los domingos, paradas de venta de libros.

Se ha dedicado también un área destinada a mostrar los restos arqueológicos que se encontraron mientras hacían las obras.

 

Actividad en el mercado remodelado

Pero si por algo se distingue el Mercado de San Antonio es por tratarse de un lugar emblemático que acoge multitud de actividades. Es el centro neurálgico del barrio, donde se reúnen sus vecinos para comprar alimentos, para abastecerse de ropa y utensilios de cocina, para intercambiar impresiones entre ellos y para llevar a cabo a cabo un sinfín de ocupaciones: desde tocar instrumentos a jugar.

Se trata de un espacio inclusivo, donde tiene cabida todo el crisol de razas y culturas que podemos encontrar en Barcelona. Y no sólo acoge a los vecinos del barrio, sino que debido a la facilidad que supone contar con un parking subterráneo, son muchos los ciudadanos barceloneses de otros barrios que se desplazan hasta este lugar.

Además, tiene otras dos particularidades dignas de mención: el mercado dominical de venta de libros de segunda mano cómics, videojuegos, CD y vinilos, álbumes, sellos… y el intercambio de cromos que niños y padres llevan a cabo en sus inmediaciones.

 

 

 

Volver al Inicio